domingo, 31 de octubre de 2010

"Que florezcan mil flores" Pidio Nestor antes de partir!

Hay muchos que no comprenden lo que pasa. Acostumbrados a orbitar alrededor de los argumentos de Clarín, empresarios, opositores y hasta funcionarios, no logran explicarse por qué hubo verdaderas multitudes en las calles despidiendo acongojadas a Néstor Kirchner.
Lo que quizá les resulte difícil asimilar, es que el kirchnerismo, aun con sus claroscuros, es lo más parecido a lo que la sociedad pretende de la política después del “que se vayan todos”. Algunos querían volver a creer, y con Néstor y Cristina Kirchner pudieron hacerlo. Otros querían volver a sentirse acariciados por alguna política de Estado, y también lo consiguieron en estos años. Esta es una dimensión humana y espiritual ignorada por los analistas. Y, sin embargo, la gente que pasó junto al féretro en la Casa Rosada hizo eje en esas pequeñas grandes cosas de la vida, y en ninguna otra. No le reprochó el Indec, ni los lazos con Chávez. Le agradeció haber sido tomada en cuenta, cuando nadie lo hacía. Kirchner corrió los límites de lo posible. Donde no se podía, pudo. Restituyó derechos, a los tropezones, pero lo hizo. Y ese atrevimiento hizo que millones, aun sin definirse como kirchneristas, se permitieran soñar con algo diferente a lo que había.
Antes de morir, en sus últimos actos, pedía que apoyaran a Cristina y “que florezcan mil flores”. Los editorialistas de los diarios tradicionales creyeron que hablaba de colectoras y roscas electorales. A mí me parece que estaba por encima de esas coyunturas. Que, en realidad, estaba preparándose para partir. Y le hablaba al inconsciente colectivo de la sociedad, convocándola a defender lo conquistado en estos años bravos.
La respuesta la vimos estos días en las calles. Del subsuelo emergió una muchedumbre insospechada que generosamente rodeó a Cristina en su peor momento personal. La blindó. Este es el dato político insoslayable de estas jornadas.
“Que florezcan mil flores”, había pedido el líder.
Y la pucha que florecieron.

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